Innovar fomenta la generación de Nuevas Culturas Organizacionales

Hemos definido la cultura en entradas anteriores como la red de conversaciones y acciones que dictan lo que la gente piensa, dice, escucha, hace y no hace dentro de una organización. Con los avances tecnológicos y los cambios en los comportamientos sociales, se ha creado un nuevo fenómeno de Innovación con lo que surgen Nuevas Culturas Organizacionales.

Se ha tenido la mentalidad que los procesos y políticas deben ser el camino único para lograr llegar a una orientación común de la organización. Algunas veces esta nueva cultura está en directa oposición con las reglas escritas; es decir, con los procedimientos y políticas. En esos casos se aprecia que la cultura es más que la misión, la visión o los valores, que estos muchas veces sólo se quedan en los manuales. Viendo el comportamiento y las conversaciones de la gente es cuando la cultura surge.

Actualmente han surgido nuevas culturas basadas en la innovación de prácticas. Se ha dejado atrás el concepto del trabajo como un conjunto de pasos a seguir determinados por los procedimientos preestablecidos en la organización. Empresas como Spotify o Google son un claro ejemplo de que lo verdaderamente relevante para el crecimiento de una empresa es tener claro el objetivo principal.

Con base en eso se da libertad para que cada quien busque las mejores prácticas para hacer su trabajo, cumplir metas y estar alineado con el objetivo de la organización. Este nuevo entender implica que lo que hay que tomar en cuenta a la hora de la contratación de una persona es su actitud y la afinidad que pueda tener en la empresa. Esto permite que su integración a la comunidad sea más transparente, y sólo enfocarse en el desarrollo de las habilidades técnicas específicas de su rol.

La transición de una cultura tradicional a una de innovación puede verse enfrentada a muchos obstáculos; tales como los estilos, los hábitos y costumbres de las personas. La cultura de innovación ofrece tanta libertad, que si se está acostumbrado al concepto de trabajo de procesos rígidos puede llegar a ser desconcertante.

La innovación y la apertura a nuevas prácticas de trabajo puede traer muchos beneficios como persona y como organización. Algunos elementos a rescatar son:

• Flexibilidad: Formas, reglas y procedimientos abiertos, pero hacia un mismo foco de atención (cliente). “No importa como lo haces pero lo haces bien”.
• Autonomía: Todos tienen libertad para decidir y resolver los problemas desde su rol.
• Desarrollo personal: El desarrollo es de acuerdo a su interés, capacidad, en el valor y productividad que aporta a la empresa. No tienen que esperar un tiempo determinado para poder crecer.
• Creatividad: Se utiliza el talento creativo e innovador del personal.
• Conflictos: Son vistos de manera constructiva, se fomenta la compartición de fallas, lo que permite aprender y contribuir a mejores prácticas. “No se buscan culpables, se buscan soluciones”.

Para que esta innovación de prácticas tenga resultados y una misma dirección en la empresa, es el Director General (líder) quien debe poner el énfasis en los resultados a producir, motivando a las personas a lograrlos y ofreciéndoles su apoyo cuando lo necesiten. La comunicación, ya no jerárquica, se vuelve abierta y transparente a través de toda la organización. La información no tiene que seguir un solo canal, al contrario, se fomenta generalmente a través de la implementación de Redes Sociales en la organización.

Los constantes avances tecnológicos y la mentalidad en las nuevas generaciones, han forzado y acelerado cambios significativos en las empresas para que busquen adaptarse a esta nueva forma de trabajo. Iniciando en una red social, implementando la flexibilidad con su personal, o incluso reestructurando su visión han ido mejorando sus prácticas. La gente está entonces bien enfocada y motivada, trabajan alineados al foco de la empresa, y por consecuencia mejoran sus resultados y alcanzan objetivos.

¿Sería de valor incorporar alguno de estos elementos en su organización?