Exceso de Confianza – Evaluaciones Automáticas con Altos Costos

Los seres humanos y,en particular los hombres, tendemos a sobreestimar nuestras habilidades y competencias en ciertos ámbitos de acción.

Esta característica tiene algunos rasgos culturales. Por ejemplo, cuando los investigadores hacen encuestas para analizar diferentes «rasgos», ellos encuentran que en países como Estados Unidos, Chile, Serbia e Israel la gente provee las más positivas vistas de sí misma. Asimismo, países como Suiza, Corea del Sur, Marruecos, Japón y Taiwan están en el lado humilde de los rankings

Este exceso de confianza genera, entre otras consecuencias, que los hombres sufran el doble de muertes accidentales por ahogamiento (asfixia), debido a que exageramos en nuestras habilidades para nadar, especialmente cuando bebemos. Así lo reporta David Brooks en su columna de The New York Times denominada El Manifiesto de la Modestia, disponible en Inglés aquí

En otras palabras, la confianza sobredimensionada o indebidamente fundamentada (o fundada solo en la propia y generosa perspectiva) tiene costos significativos y crecientes

En el mundo de los negocios y las empresas, donde aún los hombres ganan en presencia en los puestos de poder por sobre las mujeres, se reproduce el mismo fenómeno a la hora de tomar decisiones que afectan a los resultados y más aun al futuro de la organización.  Algunos ejemplo para ilustrar:

•  «La competencia no tiene nada que hacer contra nosotros en este mercado»
• «Está bien, disminuyó la rentabilidad este trimestre; pero sabemos perfectamente porqué y ya lo estamos corrigiendo»
• «¿Por qué lo nombraron a él y no a mi, si yo soy mucho mejor y estoy más preparado para el puesto?»
• «Si lo hicimos bien aquí no hay razón para que no tengamos éxito en aquella región»
• «Esas fallas no son relevantes, somos reconocidos por nuestra calidad y excelencia»

Lo que ocurre después de lanzarse al agua a partir de estas «felices evaluaciones» no es más que la consecuencia obvia de este «bias» e incompetencia para desafiar nuestra perspectiva, escuchar otras opiniones y tener el rigor necesario para fundamentar nuestros «supuestos y premisas» automáticas desde las cuales operamos transparentemente

Entonces, a poner atención especialmente en las decisiones críticas para que no nos ocurra…